Guadalajara nunca aburre, su inmensidad nos invita a descubrir, vivir y experimentar lo que es habitar en una ciudad con múltiples ondas culturales: desde lo bohemio hasta lo chic, pasando por lo típico. La composición de zonas tapatías nos lleva al punto de observar que es una urbe con pequeños mundos muy diferentes entre ellos y con personalidades únicas. Dentro de esos pequeños universos están los tesoros más preciados que puede pedir una ciudad: lugares donde podemos recrearnos día o noche. La única forma de gozar estos tesoros es explorando esta metrópoli y ver qué sorpresas deparan, esperando jugar con nuestros sentidos y vivir una experiencia única para compartir con el lector.
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