Por Nandy Barajas
Cuando se paró al frente, más de la mitad de nosotros nos sorprendimos al ver que este señor forma parte de la compañía del Cirque du Soleil. Tras 20 años con el circo, Peter de Baaij, director de operaciones del show Varekai, es el holandés más normal que jamás hemos conocido. En realidad esperábamos encontrarnos con un hombre extremadamente flaco, vestido con spandex multicolor.
Fotografía: Paula Vázquez |
Organizada por la escuela de Comunicación, la conferencia estuvo muy enfocada hacia las relaciones públicas: nos platicó sobre la importancia de proteger la credibilidad, cómo la forma en que se maneja la publicidad varía de país a país y respecto a la tardía entrada del Cirque a las redes sociales.
Pero los momentos que más disfrutamos, fueron en realidad aquellos en los que nos habló sobre el estilo de vida en un circo que está todo el tiempo de gira. Con un grupo compuesto por 124 personas, de distintas nacionalidades, con culturas tan diferentes, la vida nómada no es nada fácil. En realidad, parte del trabajo de Peter consiste en malabarear a través de los conflictos que se presentan, para encontrar la mejor solución. Nos contó que gran parte de las dificultades se deben al choque de culturas, no sólo entre los miembros de la compañía, sino hasta de la gente de los mismos países que visitan. Como "no puedes sacar la cultura de la gente" el valor más importante es el respeto.
Hubo instantes en la conferencia tan honestos, que a pesar del ser el show más famoso del mundo (y probablemente el más rentable), demostró que el mejor momento de su experiencia con el circo no fue exactamente cuando se vendieron todas las entradas, sino cuando un niño costarricense, al que le quedaban tres meses de vida, le confesó que aquel día que había pasado con los miembros del Cirque había sido "el mejor último cumpleaños". Si hay algo que saben muy bien, es que sus presentaciones no se tratan de números y dinero, sino de personas.
Hubo instantes en la conferencia tan honestos, que a pesar del ser el show más famoso del mundo (y probablemente el más rentable), demostró que el mejor momento de su experiencia con el circo no fue exactamente cuando se vendieron todas las entradas, sino cuando un niño costarricense, al que le quedaban tres meses de vida, le confesó que aquel día que había pasado con los miembros del Cirque había sido "el mejor último cumpleaños". Si hay algo que saben muy bien, es que sus presentaciones no se tratan de números y dinero, sino de personas.
Probablemente la mayor revelación de la conferencia fue la razón por la que el Circo canadiense no tiene animales en el show. No es tanto por que no les gustaban o por que el concepto inicial fuera sin girafas ni elefantes, explicaba de Baaij. La verdad es que no había dinero.
Fotografía: Paula Vázquez |
Antes de irse, Peter nos dejó un par de consejos. El primero: no existe nada como el trabajo ideal. Y si lo hubiera, lo importante no sería conseguirlo y ganar mucho dinero, sino sentir verdadera pasión por lo que haces. El segundo consejo fue sobre los errores. En sus propias palabras "everybody makes mistakes. Be sure you make good mistakes. Make smart mistakes".
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