La pedagoga, especialista en cultura de la discapacidad, sostiene que confundimos términos y asociamos erróneamente la discapacidad al sentimentalismo o la lástima
Por Luz Elena García
Todos los días escuchamos hablar sobre temas diversos, reformas que propone el presidente, pero ¿qué pasa con los temas que no son atendidos ni por el Estado ni por los ciudadanos? Uno de ellos es el de la discapacidad. Aquí lo abordamos.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) el 5.1% de los ciudadanos de nuestro país padece algún tipo de discapacidad, es decir, 5 millones 739 mil 270 mexicanos deben enfrentarse a retos muy diferentes para poder realizar su vida cotidiana de manera normal. Para llegar a conseguir esa normalización, es esencial que la sociedad preste interés a este fenómeno y, así, poder alcanzar las condiciones óptimas que permitan integrar a todos los individuos con discapacidad. La primera de esas condiciones es saber exactamente de qué estamos hablando.
En este sentido, la pedagoga Gemma Ruiz Velasco nos ayuda a entender más sobre lo que es una discapacidad, refiriéndose a ella como “una condición de las personas que les restringe de hacer actividades como se considera ‘normal’”. El problema es que este término puede ser visto de diferentes formas, lo que para nosotros puede ser normal, no lo es tanto para una persona que necesite una silla de ruedas para desenvolverse día a día y viceversa. Con esto no debemos entender que ellos no pueden realizar lo mismo que todas las personas que no tienen una discapacidad, sólo debemos tener en cuenta que lo harán con métodos o tiempos diferentes.
La especialista explica que la cultura de la discapacidad es “la manera en que se vive la discapacidad en la sociedad, claramente uno de los retos a los cuales nos enfrentamos hoy, ya que la ignorancia que presentamos como sociedad es esta cuestión es abrumadora”. Muchas veces es esto lo que nos lleva a los mexicanos a acudir a términos incorrectos que pueden llegar a ofender a la persona a la cual se están refiriendo; algunos de ellos son: “discapacitado, invidente, personas con capacidades especiales o diferentes, cieguito, mudo, mongol, loco, impedido”. La forma correcta es la de persona con discapacidad auditiva o persona sorda, persona ciega o con baja visión, persona de talla pequeña, entre otras.
Otra de las faltas más comunes es que solemos dar un trato diferente a las personas con discapacidad, por lo que la Lic. Ruiz Velasco expresa que esto no debe ser así: “Hay personas con discapacidad que creen que deben ser tratados diferentes y a veces se abusa. Todas las personas pueden hacer las cosas, lo que sí es que debe adaptarse para que todas lo puedan hacer”. Debemos tomar esta recomendación para evitar hacer sentir a las personas como obsoletas, estorbos e inútiles y, al mismo tiempo, debemos tratar de adaptar el entorno a sus condiciones, ser respetuosos y ayudarlos cuando ellos lo pidan.
En México, hace falta que la gente tome conciencia de lo que es una discapacidad, que aprendamos sobre el tema, que en las escuelas se eduque a los niños en valores como la tolerancia, de modo que podamos evitar la discriminación ante las personas con una discapacidad. Como dice Gemma Ruiz Velasco, necesitamos “conocer la verdadera cultura de la discapacidad, no lo que creemos que es. La discapacidad no es sentimentalismo, lástima”. Se hace necesario tener arquitectura y servicios adaptados con diseño universal para que puedan ser usados por todos. Si eliminamos barreras arquitectónicas y vamos, al mismo tiempo, adquiriendo valores y compromiso ético, no hará falta que esperemos a que alguien cercano a nosotros –o nosotros mismos- adquiera una discapacidad para empezar el cambio.
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