Las Reformas de Ley causan revuelo en el país pero… ¿Qué nos dicen los medios de comunicación? ¿Hasta qué punto los jóvenes universitarios estamos informados sobre las cuestiones de interés público?
Pura Fermín y Lucía Novo
El conocimiento nos hace responsables. Una vez que se conoce la verdad es imposible quedar indiferente. A lo largo de la historia las grandes revoluciones estuvieron encabezadas por personas que comprendieron lo que pasaba a su alrededor y decidieron no permanecer al margen. Hoy como ayer es responsabilidad de los medios de comunicación ofrecer información de calidad, al tiempo que los ciudadanos pueden ejercer su derecho a exigir que esto ocurra. Parte de la ciudadanía la componemos los estudiantes universitarios. Nos preguntamos si los de comunicación, a quienes se presupone una especial atención a los asuntos de interés público, conocen con claridad de qué tratan las reformas que se están llevando a cabo en nuestro país.
Juan Pablo II dijo una vez: “Joven es todo aquel capaz de dar al mundo lo mejor de sí”, tarea que no será posible cumplir si esos jóvenes no están enterados de lo que pasa a su alrededor. Y a nuestro alrededor pasan muchas cosas, algunas de las cuales suponen cambios importantes en nuestra forma de vida. En este sentido, el gobierno mexicano atraviesa una etapa de transformación debido a las reformas de ley propuestas por el presidente Enrique Peña Nieto. Las principales son la Reforma Energética, la Reforma Educativa y la Reforma Fiscal o Hacendaria. Las manifestaciones en contra o favor de las leyes se han presentado hasta ahora como iniciativas aisladas. Por esto, resulta oportuno evaluar si la información con la que se cuenta es suficiente para tomar una postura definida.
El panorama actual ofrece una ocasión privilegiada para saber a ciencia cierta si los estudiantes de la Escuela de Comunicación de la Universidad Panamericana están informados o no sobre estas reformas que impactan de una forma u otra a todos como mexicanos. Esto interesa porque, como universitarios, representan el porvenir del país y, como comunicadores, serán los autores de las noticias del futuro y de la consiguiente opinión pública.
Lo que dice la gente
Parece importante señalar que es distinto creer estar informado a realmente estarlo. Esto puede deberse a la poca información disponible, pero también al incipiente interés de estar enterado de lo que pasa en nuestro entorno más cercano. Por ello, se ha realizado una encuesta a estudiantes de comunicación para detectar su conocimiento respecto a las reformas propuestas por el Gobierno mexicano. Resulta revelador que el 85.4% de los alumnos afirma conocer las propuestas de ley, sin embargo, sólo el 19.3% logra mencionarlas correctamente.
Por otra parte, el 14.5% que confiesa no estar familiarizado con las leyes que están por aprobarse atribuye esta carencia a que no hay información clara sobre el tema o a que no dispone de tiempo para mantenerse al tanto. Interesa entonces conocer con exactitud cuáles son los medios que consultan quienes encuentran el tiempo para informarse.
El 82.6% de los estudiantes que sí se informan recurre para ello a más de un medio de comunicación. Las páginas de Internet y, en especial, la prensa online encabezan la lista de medios consultados, con un 29.5%. Los diarios más leídos por los alumnos de la UP, en orden de preferencia, son: El Informador, Mural, El Universal y Milenio. Es importante señalar que una de las características de la información que ofrecen los diarios, ya sean digitales o impresos, es que hace énfasis en la postura de ciertos actores políticos respecto a las reformas, sin embargo, no dedica un espacio para explicar o profundizar el contenido de estos proyectos de ley.
Un hallazgo importante de esta investigación lo da el hecho de que los profesores de ciertas asignaturas, como Comunicación política, Sociedad civil y grupos de interés y Teoría de la comunicación, con el 24.2%, constituyen la segunda fuente de información para los alumnos. Dicho con otras palabras, es en el salón de clases donde los estudiantes aprovechan para obtener información contextualizada sobre el tema.
El medio audiovisual por excelencia, la televisión, y la prensa escrita han quedado desplazadas al tercer lugar de predilección, con un 16%. Respecto a la televisión, se constata que algunos estudiantes aprovechan los noticieros y programas de opinión para observar los avances de las reformas de ley. El noticiero de López Dóriga es el preferido de quienes recurren a la pantalla chica para mantenerse al tanto. El último lugar, como medio de consulta frecuente, queda reservado para la radio, que apenas consigue reunir al 13% de nuestros compañeros. El Grupo Imagen lidera la lista de emisoras radiales escuchadas.
Pese a que, hasta el momento, la investigación deja al descubierto la desinformación sobre las propuestas de ley por parte de los estudiantes y la necesidad de mayor claridad en el contenido de las reformas, el 64% de los futuros comunicadores dice no estar de acuerdo con la aprobación de las nuevas leyes, mientras que el 4% afirma estar a favor. Por otra parte, el 31% admite no tener suficiente información para tomar partido.
Llegados a este punto, deberíamos resaltar que la labor de los medios de comunicación no consiste sólo en dar datos. Los medios cumplen la función de la interpretación, y es así como los ciudadanos pueden llegar a emplear la información en su toma de decisiones. Pero para que esto ocurra, esa información debe ser de calidad. Sánchez-Tabernero establece que la calidad requiere “destinar la mayor cantidad de recursos posibles para conseguir la mejor elaboración de los productos informativos y el esfuerzo por reflejar la actualidad o el mundo imaginado con respeto a la realidad de las cosas y con máxima profundidad.”
A partir de lo anterior vale la pena evaluar la percepción que tienen los alumnos sobre la información que ofrecen los medios sobre las reformas. El 62.1% de los estudiantes considera buena la información recibida de los medios, mientras el 37.9% cree que es mediocre. Los resultados invitan a hacer una reflexión sobre el criterio con el que se percibe lo que se ve o se escucha a través de los medios convencionales. Sus contenidos informativos deberían ayudar a los ciudadanos a tomar partido sobre cuestiones que les atañen y, si fuese necesario, hasta llamarles a la acción; al contrario, vemos que esto no llega a ocurrir del todo con el manejo mediático de los proyectos de ley, tal como se ha puesto en evidencia a lo largo de este estudio.
Por otro lado, el 40% de quienes consideran que los contenidos ofertados por los medios son mediocres, perciben que la información se presenta sesgada o tendenciosa, lo que les impide confiar en que lo que se transmite es imparcial y veraz. En otras palabras, dudan del apego de lo que se dice a la realidad.
Mantenerse informado es tarea que exige un hábito, no es consecuencia de un evento fortuito. Es oportuno entonces, saber con qué frecuencia los estudiantes indagan en las noticias para informarse sobre las reformas de ley. Tras la investigación el 38% de los estudiantes dice consultar los medios menos de una vez a la semana, el 34% lo hace una vez , el 17% dos veces y sólo un 8.7% los revisa más de tres veces semanales.
Es importante resaltar que el número de consultas a la semana no está directamente relacionado con que los estudiantes cuenten con la información correcta. Quienes dicen leer casi a diario no necesariamente aciertan al describir las reformas y, paradójicamente, algunos de los que admiten informarse una vez a la semana -o incluso menos de una vez a la semana- sí logran mencionar correctamente todas.
El presente estudio pone de manifiesto que el desarrollo del hábito lector y, en general, el consumo de medios informativos, es todavía una asignatura pendiente de los estudiantes de comunicación. Claro que, como para el resto de ciudadanos, es necesario que ellos entiendan que lo que ocurre les concierne y, en este sentido, los alumnos ya están un paso al frente puesto que el 88% de ellos cree que las reformas les afectan directamente. Además, opinan que, si estas nuevas propuestas de ley son aprobadas, las consecuencias de estas tendrán un impacto inevitable en sus vidas. Resulta grato descubrir que el 96% de los estudiantes señala que es necesario conocer el contenido de estas posibles reformas para poder tomar buenas decisiones en el presente y en el futuro.
Lo que dicen los expertos
Francisco Iglesias, catedrático de Empresa Informativa en la Universidad Complutense de Madrid, dice que los empresarios inteligentes de la comunicación tienen la misión de contribuir a que las audiencias también lo sean. Por su parte, el Maestro Rafael Santana, coordinador académico de la Escuela de Comunicación de la UP, dice que “en el caso de la prensa, ésta se está quedando solamente en dar la noticia y dar la opinión de algunos sectores políticos. Se habla muy poco, por ejemplo, de los empresarios. Tampoco se ha pedido el análisis a académicos y especialistas.” Además, Santana hace hincapié en que los alumnos no prestan mucha atención a esta cuestión y considera que su falta de interés se debe a que las consideran como asuntos aún ajenos a sus vidas. También afirma que esto supone un área de oportunidad para desarrollar la capacidad de dar jerarquía a la información y profundizar en ella.
Como dice Iglesias, los jóvenes y futuros profesionales de los medios debemos tener claro el concepto audiencias inteligentes. Con ellas este profesor se refiere a “aquella actitud de los destinatarios y usuarios de los medios que les lleva a entender su papel de manera consciente, activa y responsable, con el propósito de contribuir a una relación informativa equilibrada, y a la información de calidad teniendo en cuenta que el principal objeto de calidad es el producto". El caso de las reformas de ley invita a repensar el rol que tenemos como ciudadanos, estudiantes y futuros profesionales de la comunicación.
Asimismo, tal como explica José María Desantes-Guanter, investigador de la Universidad de Navarra, “hemos de darnos cuenta de que la comunicación correcta nos pone en la vía, no sólo de ser justos, sino también de sembrar justicia en la sociedad, haciendo que sus miembros sean justos.” La desinformación producto de la desidia no tiene excusa, especialmente, cuando se trata de una persona que, por convicción y profesión, se ha comprometido a hacer vida dentro de un medio de comunicación.
Como hemos planteado al inicio, quienes están bien informados son capaces de orquestar las verdaderas revoluciones sociales. Los futuros comunicadores deben hacer frente a esta tarea y asumirla con responsabilidad. Después de todo, el deseo de una sociedad mejor informada gracias a unos medios casados con la verdad no será posible si quienes se preparan para tomar las riendas en el futuro descuidan la oportunidad de mantenerse informados.
Bibliografía
Sánchez-Tabernero, Alfonso en Bardají y Gómez (2004) “Gestión de la creatividad en televisión”. EUNSA, España.
Iglesias, Francisco (S/F) “Audiencias inteligentes”. Comunicación y Sociedad, Universidad de Navarra. Disponible en http://www.unav.es/fcom/comunicacionysociedad/es/articulo.php?art_id=252#C02
Desantes-Guanter, José María (2003) “La universalidad institucional de la comunicación”. Empresa Informativa y Mercados de la Comunicación. EUNSA. España. Pág. 347
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