sábado, 14 de septiembre de 2013

La película que no caduca.

Por Paula Vázquez

Ramona, madre devota y sacrificada, vive para complacer los caprichos de su demandante vástago cuarentón, Osvaldo. Esta relación dependiente es cortada, literalmente, de un día para otro. Preocupada, Ramona decide salir a buscar a su hijo, quien ha desaparecido misteriosamente. Las circunstancias la llevan a la morgue, donde su búsqueda dará como resultado lo que menos desea una madre. Ahí conocerá a Genaro, un hombre que se adapta a las circunstancias para sobrevivir, y junto con Marisol, una joven que intenta huir de su atormentado destino. Los tres comenzarán a relacionarse de una forma que les hará perder la cabeza.


 Finalmente, y no sin problemas, Fecha de caducidad ha podido ver la luz y desde el pasado viernes 13 de septiembre podremos disfrutarla en las salas de cine de todo el país. Esta opera prima de la directora tapatía Kenya Márquez nos presenta una cinta que en principio pareciera ser una historia dramática pero que, conforme va avanzando la trama, se transforma y nos muestra una historia con toques de humor negro que aligera a ratos la tragedia que sufren cada uno de sus protagonistas. Fecha de caducidad presenta a personajes fáciles de identificar porque hemos convivido con ellos en la vida real, todos conocemos de alguna manera u otra a una Ramona, a un Genaro y a una Marisol. Es decir, Kenya Márquez es fiel tanto a sus personajes como a sus escenarios y las situaciones en las que se encuentran, y todo esto es contado desde tres puntos de vista diferentes.
El hecho de haber grabado en locaciones de Guadalajara hace que la cinta se vuelva cercana y nuestra -para todos los que vivimos aquí, seamos o no originarios de esta ciudad-, porque reconocemos e incluso hemos estado en los lugares por donde se mueven los personajes de esta historia.

La directora no es indiferente a la situación de violencia que se vive día a día y que se ha vuelto tan común en nuestra sociedad pero, ciertamente, la presenta de manera distinta a como últimamente la hemos visto en otras cintas. El conflicto que se presenta aquí está relacionado con la inseguridad que se siente en las calles, pero también con esa inseguridad interior que surge cuando uno se queda solo, no es aceptado o pretende escapar de sus propios demonios.

La película ha sido bien recibida y galardonada en distintos festivales de todo el mundo, desde el FICM, donde ha recibido la mención especial del jurado a la dirección y a la fotografía, hasta el Vancouver Latino FF, donde ha obtenido el Premio a la Mejor Ópera Prima, y pasando por el FICG, donde se ha hecho con el premio al Mejor Largometraje Jalisciense.

De todas formas, la relación entre los premios y el éxito en las salas de una película no siempre es directamente proporcional, ya que, como ocurre con cualquier contenido de los medios de comunicación, lo importante es que sea proyectado y visto por todos. En este sentido, las películas mexicanas se enfrentan a un doble problema: el de la distribución y, una vez que la consiguen, el del escaso tiempo en cartelera que les conceden las grandes cadenas de cine comercial, que suelen reservar la mayoría de sus pantallas a las grandes producciones de Hollywood. Son sólo los que cuentan con grandes campañas de publicidad los filmes que consiguen mantenerse más tiempo en pantalla.

Puesto que no hay ninguna ley que apoye a los cineastas mexicanos o que, en definitiva, regule la situación de desigualdad a la que se enfrentan sus filmes, el éxito de Fecha de caducidad constituye un mérito aún mayor. Aprovechamos estas líneas para que, como espectadores, hagan a un lado el malinchismo desgraciadamente frecuente en estos casos y se animen a ver películas con una producción, un guión y unas actuaciones de indiscutible calidad y 100% mexicanas.

FICHA TÉCNICA

Fecha de caducidad (México, 2011)
Dirección:
Kenya Márquez
Guión:
Kenya Márquez y Antonio Suárez
Edición:
Juan Manuel Figueroa y Felipe Gómez
Producción:
Karla Uribe y Luis Beltrán.
Reparto:
Damián Alcázar
Ana Ofelia Murguía
Marisol Centeno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario