Por Luz García
Podrá sonar como un cliché que elija este tema para este tiempo en el que estamos celebrando la Independencia de nuestro país, típica fecha en la que ahora sí nos sentimos orgullosos de ser mexicanos, pero la verdad es que yo puedo decir y a mucha honra que todos los días me siento feliz de ser mexicana, de tener el honor de pertenecer a lo que para mí es una gran nación. Y es que desde mi punto de vista muchos no deberían de tener el privilegio de poderse decir “mexicanos”, debería de ser un privilegio sólo para aquellos que saben reconocer todo lo que esto implica.
Estoy cansada de escuchar siempre comparaciones de mi México con las potencias mundiales, pero lo que no se dan cuenta es que aquellos países son muchos más viejos que nosotros y, al igual que sucede con las personas que son todavía adolescentes, a los países les pasa lo mimo. Al final, como país, llegará un momento en que maduremos. Yo creo que ese punto no está lejos, pero también pienso que la madurez no es algo que México vaya a alcanzar como por arte de magia. Para conseguirla necesitamos mexicanos comprometidos con su país, con su gente, que estén dispuestos a dejar de quejarse para actuar, prepararse y ocuparse, que lean el periódico, que exijan y que sean mexicanos activos. Así que, antes de criticar, piensa ¿qué estás haciendo tú por cambiar las cosas?
Tenemos el complejo de la malinche bien arraigado, viene desde nuestros ancestros que se sentían acomplejados por no tener ojos de color y piel blanca, pero no se dan cuenta de que la nuestra es una belleza muy bien apreciada en otros países donde tienen lo que nosotros queremos. Y eso sí, es muy común que todos se sientan muy orgullosos porque sus tatarabuelos son españoles, o el abuelo de su abuela es francés, pero yo les pregunto: ¿Qué país los ha visto nacer, les dio lo que tienen o recibió a sus familiares cuando escapaban de la guerra? Y no lo digo porque no sea mi caso, ya que lo es, pero para ser franca nunca me he sentido española aunque a mi abuela se le cayera la baba al decirlo. No es que sea una malagradecida, ya que también le debo mucho a otros países por haber sido el lugar de nacimiento de mis familiares, pero lo cierto es que yo soy de aquí, he vivido y crecido aquí, y eso es lo que me hace más mexicana que otra cosa.
Hay una frase que en lo personal me gusta mucho: “Dicen que Dios creó al mundo en 7 días, pero se nota que a México le dedicó muchos más”, somos un país diverso, lo que demuestra el hecho de que albergamos un 70% de la biodiversidad de La Tierra, tenemos la mayor diversidad de reptiles del mundo, somos el mayor productor de plata de todo el planeta, no podemos negar que tenemos los paisajes más bellos, tanto de bosque, de selva, desérticos… México es el único país que tiene dos golfos en dos océanos diferentes, y con todo esto les quiero demostrar lo privilegiados que somos. Por algo fuimos invadidos miles de veces; todos reconocían la riqueza de nuestro territorio.
Otra razón por la que me siento feliz de ser de este país es su gente, yo no soy de las que creo que somos flojos, sí acepto que nos encanta la fiesta pero no por eso somos vagos. He tenido la fortuna de conocer gente maravillosa, que me ha demostrado el valor del trabajo, madres que cada día luchan por sacar adelante a sus hijos, que se despiertan a las 5 de la mañana para tener listo todo en casa y poder salir a trabajar, no me vengan a decir que en otros países no existe gente desempleada o gente que prefiere estar tirada viendo la televisión porque de esos hay en todos lados y, aunque tengamos una gran cantidad de gente pobre, tenemos una gran cantidad de gente luchona, que sí, no serán empresarios reconocidos pero es gente que está trabajando de sol a sol, que tiene hasta tres trabajos para poder dar una mejor calidad de vida a su familia y que, en definitiva, es la gente que mueve al país. Estamos llenos de gente generosa que, aunque no tenga para comer, comparte, que, cuando hay un desastre natural, se moviliza para poder ayudar como en ningún otro lado.
Estamos llenos de historia, sabemos perfectamente de dónde venimos, lo que es una dicha que no cualquiera tiene, nosotros volteamos a ver a nuestro vecino del norte o a los países de Europa con asombro mientras que si viajamos para el sur de nuestro continente a los chilenos, brasileños, ecuatorianos se les hace lo máximo México.
Nos debería dar vergüenza que conozcamos otros países como la palma de nuestra mano sin siquiera conocer nuestra capital, uno de los lugares más bellos para mí, lleno de museos, de bella arquitectura, donde podemos apreciar la modernidad de los nuevos edificios, con la majestuosidad de lo que construyeron en otras épocas como el Palacio Nacional, Bellas Artes, y te la pongo fácil: ¿alguna vez has visitado el centro de tu ciudad? ¿Conoces la catedral de aquí? Si la respuesta es que todavía no, te invito a que lo hagas para que conozcas lo que tenemos. Por eso digo ser mexicano es un privilegio que no todos entienden o valoran por lo que no todos merecen….
No hay comentarios:
Publicar un comentario