Por Paula Vázquez
El frío que envolvía el ambiente del cortijo –lugar de exhibición de la obra- permitía un marco acorde a la historia. Desde el 24 al 27 de octubre, la compañía de teatro UP ha presentado en nuestra universidad la adaptación de Misery, libro del afamado escritor de novelas de terror Stephen King. La interesante adaptación de esta historia está elaborada por Darío Rocas, quien también interpreta el papel de Paul Sheldon, un aclamado y arrogante escritor de Nueva York cuyo destino está marcado por un accidente automovilístico que lo lleva a conocer su salvación y perdición, Annie Wilkes. Ella rescata a quien es su mayor ídolo para mantenerlo cautivo en su cabaña perdida en el bosque. Pronto, Paul Sheldon descubrirá que la única opción que tiene para sobrevivir es la miseria.
La obra de teatro cuenta con un reducido número de actores en escena –tres para ser precisos- pero que son los suficientes para sumergir al espectador en la tensa trama. En cada uno de ellos la entrega y profesionalidad se ven reflejadas en sus diálogos y movimientos. A pesar de ser la incursión en teatro de Diana Valencia –Annie Wilkes- la actriz debutante demuestra el control y conocimiento de su personaje al grado de imbuirse de los rasgos y meterse en la piel de la desagradable, enfermiza y dominante mujer.
Por otro lado, la experiencia tanto de Darío Rocas como de Arpad Orozco permite que estos dos actores se muevan con naturalidad en el escenario, y que de igual manera interactúen con el público. Rocas, quien estelariza el papel principal, logra mantener a la audiencia inmersa y partícipe de las ironías y burlas que su personaje realiza constantemente, ganándose con ello la atención de los asistentes. Mientras que las ocasionales intervenciones del detective –interpretado por el joven actor Arpad- calma la angustia causada en escena.
Se puede rescatar de los comentarios emitidos por los asistentes, que prácticamente llenaban por completo el aforo, la gran credibilidad de las actuaciones. Algunos de los espectadores reconocen incluso haber llegado a odiar al personaje de Annie y desear la huida de Paul Sheldon. Esas buenas interpretaciones de los tres actores habrían sido, eso sí, mejor apreciadas y disfrutadas con mejores recursos en la producción. La escenografía, sonido e iluminación son áreas de oportunidad que, a buen seguro, se verán mejoradas en próximos trabajos cuando finalice la construcción del Fórum Panamericano.
En este sentido, resulta oportuno reflexionar sobre la importancia del teatro universitario, ya que constituye un proyecto educativo en el que se fomenta el trabajo en equipo y el resultado basado en el rigor y la excelencia. Fomentar el desarrollo, la producción y la escenificación teatral es de gran utilidad para la formación integral del alumno y, a la vez, de la mejora y consolidación de la imagen institucional.
Diana Valencia y Darío Rocas. Fotografía de Miguel Hasson.
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