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Por María Fernanda Tejeda Cobos
En las ciudades grandes, el ajetreo diario hace que muchas veces olvidemos lo que realmente es importante y significativo. Sin embargo, cuando se acerca el 31 de octubre muchas familias se disponen a adornar sus casas con fantasmas y brujas y a disfrazarse para pedir dulces y festejar el famoso Halloween, cuando en realidad esta no es una tradición propia de los mexicanos. Nosotros deberíamos celebrar el día de muertos el primero y segundo de noviembre, una tradición que es más difícil apreciar si nos quedamos en Guadalajara. Por esta razón les invitamos a Pátzcuaro, Michoacán, donde el visitante puede disfrutar de los ancestrales rituales y, en definitiva, de una de las costumbres más propias y auténticas de nuestra cultura.
Un poco de historia:
La tradición del Día de Muertos se remonta a las épocas prehispánicas, desde donde ha ido trascendiendo y al mismo tiempo cambiando a través de los años. En la forma de pensar de los indígenas, se decía que los muertos necesitaban comida para llegar a su destino final, por lo que al morir se dejaba junto a ellos comida, agua y diversos objetos. Sin embargo, con el paso del tiempo, esta tradición se mezcló con la idea cristiana de la vida eterna, y así podemos decir que hoy en día entendemos esta festividad como el acto de los difuntos cuando regresan para visitar a sus seres queridos.
Primera etapa:
Lo primero que tiene que hacer es tomar la carretera GDL – Morelia, donde recorrerá alrededor de 348 kilómetros y, una vez llegando a Morelia, encontrará la carretera hacia Pátzcuaro, el Pueblo Mágico. Deberá tomar esa vía y viajar 60 kilómetros más. Una vez llegando al destino tendrá que trasladarse por lancha para llegar a cualquiera de sus ocho islas. Esto no representará ningún problema, ya que hay infinidad de proveedores de transporte acuático y sólo es cuestión de adquirir un boleto por 50 pesos. Durante el recorrido en lancha, observarán a los pescadores soltando sus famosas redes en forma de alas de mariposa y al mismo tiempo escucharán música de la región interpretada por diversos músicos. La isla más conocida y recomendada para visitar es Janitzio, aunque también tienen la posibilidad de visitar Yunuén, La Pacanda, Tecuena, La Tecuenita, Jarácuaro, Urandén Morelos y Urandén Morales.
Segunda etapa:
Los altares que observarán se colocan los días previos y son utilizados para celebrar el Día de muertos. El primero de noviembre es dedicado a los niños difuntos y el segundo día a los difuntos mayores. Durante ambas fechas los panteones y casas quedan completamente adornados con flores de cempasúchil, velas, y deliciosa comida, la que haya sido predilecta del fallecido. Todo con el propósito de esperar una visita de los que ya se han ido. Familiares y amigos son los encargados de llevar algo significativo para la ofrenda y, a cambio, los familiares cercanos del difunto ofrecen comida a los que asisten. Tampoco pueden faltar los rezos al difunto. El ambiente de las personas que viven ahí es festivo; sin embargo, en algunos lugares esta tradición es opacada por gente que visita el lugar y bebe de más, es por eso importante saber que, si deciden viajar, lo tendrán que hacer con respeto.
Le recuerdo que si decide viajar, se tiene que reservar el hotel con anticipación, ya que es un lugar pequeño pero muy cotizado en día de muertos por los turistas. Por último hay que tomar sus precauciones ya que la carretera puede ser peligrosa en la noche, debido a personas que no son responsables y manejan en estado de ebriedad.
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